semana santa

Como una manera de ayudar en la vivencia de semana santa en casa dejamos este espacio para que puedas conocer más de esta conmemoración

La Semana Santa

Hemos llegado una vez más a la celebración de la semana más importante del Año Litúrgico para los creyentes. Luego de estos dos años en que la Pandemia nos obligó a celebrar de manera distinta, en que tuvimos que buscar formas nuevas para expresar nuestra fe, (la presencia en las Redes sociales, las celebraciones telemáticas) nuevamente podemos volver a reunirnos presencialmente, cuidándonos, manteniendo las distancias físicas pertinentes, pero juntos como el Pueblo peregrino que somos, convocados, conducidos, invitados a dar alabanza y a hacer acción de gracias a su Señor.

Somos asamblea convocada: Iglesia, somos un pueblo en salida, que, atendiendo la voz del Señor, se ha puesto en camino para dejarse sorprender por el Dios de las promesas pronunciadas ante Abraham, por el Dios liberador que declara a Moisés: “He visto la aflicción de mi pueblo, he escuchado su clamor, he decidido bajar para liberarlo y conducirlo…” (Ex 3, 14) por el Dios que en cuando se cumplió la plenitud del tiempo”, como dice San Pablo (Gal 4,4), “se hizo carne y plantó su morada entre nosotros” como nos revela San Juan (Jn 1,14).

Somos este pueblo que peregrina en medio de los desafíos del mundo y de la historia, y que en estos últimos años ha estado volviendo a tomar consciencia de su vocación sinodal, de la necesidad de discernir la ruta que nos propone el Espíritu Santo, que nunca ha dejado de conducir a la Iglesia, Esposa de Cristo; y que en la celebración del Misterio Pascual descifra y anuncia los signos que Él nos ha dejado, y vislumbra y anticipa el gozo de la meta que nos espera.

Vivamos entonces, de esta manera, esta Semana Santa 2022: aclamando por las calles a Cristo en su entrada en Jerusalén como Rey de Paz, ahondando en el misterio del servicio y de la gracia en la conmemoración de su Santa Cena, acompañándolo en el Via Crucis, y asociando nuestros dolores con los de la Pasión para que sean redimidos, cantando con el gozo de la asamblea de los salvados, Su Resurrección.


Domingo de Ramos

Dos momentos comprende la liturgia de este día: la Bendición de los Ramos en la entrada triunfal a Jerusalén, que nos desafía a reconocer y a proponer en Jesucristo a este Rey de la Paz, que más que nunca hoy el mundo necesita con urgencia.

Y la Pasión del Señor, que nos invita a contemplar con admiración y reverente estupor, el precio que el amor entrañable del mismo Señor quiso dar en rescate de su Pueblo, para que todos podamos formar parte de su triunfo definitivo.


Jueves Santo

La Iglesia celebra hoy el triple ministerio de Cristo: Sacerdote, Profeta y Rey Servidor, que todos los cristianos recibimos junto con el bautismo, triple ministerio manifestado en la Misa Crismal, que celebra la institución del sacerdocio ministerial y su misión profética, santificadora y sanadora del mundo, y la Misa de la Cena del Señor, que conmemora la institución de la Eucaristía, Cuerpo entregado y Sangre derramada de Cristo, para la vida del mundo, y el mandato del servicio, del que hacemos memoria en el Evangelio y en el signo del lavado de pies de los Discípulos.


Viernes Santo

Hoy el pueblo peregrino, que es la Iglesia, sale a las calles para hacer memoria del Camino del Calvario, en el Vía Crucis recogemos el dolor de una humanidad que sigue sufriendo y lo asociamos al amor condolido y redentor del Señor, que abre sus brazos en la Cruz, para incluirnos a todos en su abrazo.


Sábado Santo

Es este el día del silencio mayor para la Iglesia que contempla al Señor que yace en el sepulcro: los sagrarios están vacíos, los altares están desnudos, no se celebra la santa Eucaristía, es el día de la espera creyente del Misterio que celebraremos exultantes en la Vigilia Pascual, es el día en que podemos meditar junto a la Liturgia de las Horas el descenso de Jesús para rescatar a la humanidad de las fauces de la muerte.


Domingo de Pascua de Resurreción

Con la Vigilia Pascual vuelve el gozo a la Iglesia, Esposa de Cristo: Su Señor le ha sido devuelto, triunfador de la muerte, el Pregón invita a cielos y tierra a saltar de alegría ante el Misterio de la Pascua definitiva, prefigurada en Israel liberado de la opresión en Egipto; el Cirio Pascual encendido ilumina la historia entera, para revelarnos que es la historia de nuestra redención.
Es el día en que la Iglesia sinodal, peregrina y profética renueva su esperanza y su misión de amanecer para anunciar en la Misa de Resurrección que la Víctima Pascual, el Cordero inmolado, se ha levantado invicto, y el Aleluya ha de resonar en el universo entero.


24 de marzo

DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

BENDICIÓN DE LOS RAMOS

“La bendición de ramos o palmas tiene lugar en orden a la procesión que seguirá”. Fuera de la

procesión, no puede tener lugar bendición de Ramos. Es la procesión la que da sentido a la

bendición de Ramos.

Allí donde no se celebra la bendición y procesión de los Ramos, se inicia la misa como de costumbre.

INICIO

Comenzamos la solemne celebración de este Domingo de Ramos y así iniciamos la

Semana Santa, que nos conducirá a la gran fiesta de la Pascua. Jesús, condenado a

muerte, sufre y muere, pero Dios Padre le resucita para que viva para siempre y

sea así nuestro Pastor y Señor.

Hoy nosotros recordamos el recibimiento que el pueblo más sencillo hizo a Jesús,

en Jerusalén. También nosotros lo saludamos con nuestros ramos y palmas, lo

aclamamos con nuestros cantos.

EVANGELIO BENDICIÓN RAMOS (Año B Marcos 11,1-10 o Juan 12,12-16)

Escuchemos con fe el relato de la entrada de Jesús en Jerusalén. Él es el Mesías,

pero un Mesías que viene a traernos la salvación muriendo y resucitando por

nosotros. Por eso entra con sencillez, porque no viene a dominar, sino a servir.

ACTO PENITENCIAL

Se omite si se celebra el rito de la bendición de los Ramos en vista a la procesión. Si no se reza el

“Yo confieso…”

PRIMERA LECTURA El Señor viene en mi ayuda

Mirando la cruz de Jesús, como los primeros cristianos, meditemos este gran texto

profético, en que ya se vislumbra los rasgos del rostro de Jesús, Servidor de Dios y

de los hombres, hasta el fin.

SALMO 21 Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?

Contemplemos ahora en el Salmo el sufrimiento de Jesús en la cruz, que participa

del dolor de todos.

SEGUNDA LECTURA Se anonadó a si mismo

Al igual que el profeta, el Apóstol nos hablará del Siervo de Dios, el Hijo de Dios,

fiel hasta la muerte.

PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MARCOS

En el centro de nuestra celebración de hoy, escucharemos el relato de la Pasión de

Jesús. El muere como un acto supremo de amor y de fidelidad. De su cruz nos

viene toda salvación y toda vida.

ORACION UNIVERSAL

Señor Jesús, mira el sufrimiento del mundo.

En nombre de tu Pasión, te suplicamos:

¡Qué nuestras cruces se conviertan en camino de gloria hacia tu Reino!

R/ ¡Acuérdate de nosotros, Señor, en tu Reino!

Te humillas, Señor, hasta llegar a ser nuestro servidor.

Del humilde atropellado por los poderosos de este mundo,

R/ ¡Acuérdate de nosotros, Señor, en tu Reino!

Oraste en Getsemaní con lágrimas de sangre.

Del pobre que te implora a gritos y lágrimas,

R/ ¡Acuérdate de nosotros, Señor, en tu Reino!

Abriste la puerta del Paraíso al Buen Ladrón.

¡Del pecador que implora tu perdón!

R/ ¡Acuérdate de nosotros, Señor, en tu Reino!

Entregaste tu espíritu en manos de tu Padre.

Del que confía en Ti hasta la muerte,

R/ ¡Acuérdate de nosotros, Señor, en tu Reino!

Aceptaste la ayuda de Simón de Cirene.

Del hermano que nos ayuda a llevar nuestra cruz,

R/ ¡Acuérdate de nosotros, Señor, en tu Reino!

Fuiste sepultado por José de Arimatea.

Del amigo que nunca abandona a su amigo,

R/ ¡Acuérdate de nosotros, Señor, en tu Reino!

S. Señor Jesús, concede a todo sufrimiento humano

unirse al tuyo y así abrirse

en la esperanza de tu resurrección,

Tu que vives y reinas por los siglos.

DE LA PALABRA A LA EUCARISTÍA

Te damos gracias, Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que se hizo hombre,

obediente hasta la muerte en la cruz; ha sido exaltado encima de todo; por sus

heridas, somos sanados.

PADRE NUESTRO

Que Jesús el Salvador, muerto por nuestros pecados

2

y resucitado para nuestra vida

nos enseñe a volvernos hacia el Padre

para decirle con toda confianza…

ENVIO

Entramos en la Semana santa.

Tratemos de participar a la Pasión de Cristo

compartiendo los sufrimientos de nuestros hermanos.

¡Vayan en la paz de Cristo!

PARA RECORDAR

• Es necesario insistir en el sentido fundamental de la procesión. Se trata de celebrar

la entrada mesiánica del Señor en su triunfo pascual a través de la muerte (cfr. la

monición del Misal Romano). La procesión, por tanto, no tiene simplemente la

finalidad de recordar un hecho histórico pasado, sino de hacer una solemne

profesión de fe en que la cruz y la muerte de Cristo son en definitiva una victoria.

• También conviene insistir en que la bendición de los ramos es secundaria con

relación a la procesión. Lo que pretendemos en este día es aclamar a Cristo, en su

camino pascual. Al bendecir los ramos no se pretende dar a los fieles unos “objetos

benditos” que guardar, sino aclamar con ellos a Cristo en la procesión. Por eso está

prohibido limitarse sólo a la bendición de los ramos, si no se va a hacer procesión.

• Los cantos de la procesión son en honor a Cristo Rey.

• Valorizar este domingo la Cruz del Salvador, por ejemplo rodeada de ramos

verdes.

• La historia de la Pasión goza de una especial solemnidad. Es aconsejable que se

mantenga la tradición en el modo de cantarla o leerla, es decir, que sean tres

personas que hagan las veces de Cristo, del narrador y del pueblo. La parte

correspondiente a Cristo se reserva al sacerdote.

• Para el bien espiritual de los fieles conviene que se lea por entero la narración de la

Pasión, y que no se omitan las lecturas que la preceden y terminada la lectura de la

Pasión no se omita la homilía

31 de marzo

DOMINGO DE PASCUA

Jesús ha vencido a la muerte ¡Ha resucitado!

INICIO

¡Cristo ha resucitado!

El amor es más fuerte que la muerte.

Celebramos hoy la fiesta mayor de todo el año:

la Pascua del Señor.

La Iglesia entera exulta de gozo:

Jesucristo ha vencido a la muerte y el pecado y hoy ha resucitado.

Con alegría y gratitud elevemos a Dios

nuestra acción de gracias.

PREPARACION PENITENCIAL

Iluminados por el Espíritu de Jesús resucitado

pidamos perdón por nuestros pecados.

Señor Jesús, constituido Hijo de Dios, Rom 1,4

Victorioso sobre la muerte,

Por tu Resurrección de entre los muertos,

¡Señor, ten piedad!

Señor Jesús, testigo fiel del amor del Padre, Ap 1,5

Primogénito de entre los muertos,

¡Cristo, ten piedad!

Señor Jesús, Príncipe de la vida, Hech 3,15

juez de vivos y muertos, Hech 10,42

¡Señor, ten piedad!

S. Dios Padre todopoderoso tenga misericordia de nosotros,

nos perdone la vejez de nuestro pecado.

Y que nos conceda revestir el Hombre nuevo

creado en la justicia y la santidad de la verdad. Ef 4,24

Y nos conduzca a la vida eterna.

PRIMERA LECTURA Nosotros somos testigos

En el tiempo pascual, cada año, la primera lectura es tomada de los Hechos de los

Apóstoles, en que Lucas, después de su Evangelio, quiere mostrar cómo la Iglesia nació

del mensaje de la Resurrección. Los Apóstoles anuncian lo que han visto y oído:

Jesucristo ha resucitado, es el Salvador de todos.

SALMO 117 Este día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él

El salmo 117, es el salmo pascual por excelencia, no solamente cantado como acción de

gracias en la cena pascual, sino bailado durante la fiesta de los Tabernáculos. Desde los

orígenes, la comunidad cristiana lo aplicó a Jesús, que ha llegado a ser la piedra angular

de la Iglesia, gracias a la intervención de Dios que lo resucitó.

SEGUNDA LECTURA Ustedes han resucitado con Cristo, Vivan como resucitados

Lo que da sentido a nuestra vida, es nuestro vínculo con Cristo Resucitado: por Él,

vivimos para Dios en la espera de compartir su gloria.

ORACION UNIVERSAL

Cristo resucitado

Está siempre vivo para interceder por nosotros al Padre. Heb 7,25

Con confianza, presentémosle, pues, nuestra oración:

Por tu Resurrección, Tú eres el primogénito de toda criatura,

primicia de los que se durmieron, Co 15,20

arranca nuestra vida del dominio de la muerte,

concédenos vivir en la novedad del Espíritu.

Por tu Resurrección, vistes tu cuerpo de gloria y de eternidad.

Concédenos revestir el hombre nuevo

creado en la justicia y la santidad verdadera. Ef 4,24

Por tu Resurrección, te sentaste a la derecha de tu Padre.

Concédenos la gracia de descubrir en las cosas de la tierra

el camino hacia las realidades del cielo. Col 3,1-2

Por tu Resurrección arrancas el velo que cubre a todos los pueblos

y el paño tendido sobre todas las naciones. Is 25,6-8

Guarda a tu Iglesia en el gozo de tu victoria.

S. Ven a caminar también con nosotros, Señor Jesús,

en el camino de la resurrección.

Y que tu alegría penetre nuestros corazones

con la luz de tu Cuerpo glorioso,

2

ahora y por todos los siglos.

DE LA PALABRA A LA EUCARISTÍA

Te damos gracias, Dios nuestro Padre, por esta fiesta alegre entre todas, en que

resplandece de manera admirable tu amor: bendito eres Tú por Jesucristo resucitado.

Muertos con Él, con Él viviremos.

PADRE NUESTRO

Con el Espíritu de Cristo resucitado que llena nuestro corazón Ef 5,18

y clama en nosotros “Abbá, Padre”

digamos con confianza la oración de los hijos de Dios:

ACCION DE GRACIAS

Cristo ha resucitado.

Cantémosle nuestro agradecimiento.

Por las maravillas de la creación

que nos rodean tan fraternalmente,

y por las realidades de arriba, más maravillosas todavía Col, 1,3

¡Gloria a ti, Señor!

Por la luz y el sol de este día

y por la luz de la vida y de la inmortalidad, 2 Tim 1,10

que hizo resplandecer en nosotros tu resurrección.

¡Gloria a ti, Señor!

Por la Alianza antigua que concluiste con Israel,

y por la Alianza Nueva en la Eucaristía Lc 22,20

que has sellado con nosotros tu resurrección

¡Gloria a ti, Señor!

Por la vida de cada día que nos das

y por la vida nueva y eterna Rom 6,11

que empezó en nosotros tu resurrección,

¡Gloria a ti, Señor!

ENVIO

¡Cristo ha resucitado!

Que nuestra vida, llena de su alegría y de su amor,

anuncia esta resurrección todos nuestros hermanos, Mt 28,10

¡Vayan en la paz de Cristo, Aleluya, Aleluya!

3

SUGERENCIAS

o En una fiesta tan solemne, conviene utilizar, en lugar del acto penitencial, el rito

del agua bautismal.

o Profesión de fe dialogada como en la vigilia pascual; luego la renovación del

compromiso bautismal y la aspersión del agua (si no ha utilizado en el acto

penitencial).

o La secuencia. Pascua es una de las fiestas que, en la reforma litúrgica de Vaticano

II han conservado sus “secuencias”: una forma lírica que floreció ampliamente en

la liturgia de la edad media. No debe considerarse como una lectura

suplementaria: esta obra convendría recitarla con fondo musical, si posible a dos

voces, desde dos lugares distintos. Que no sea en desmedro de la aclamación al

Evangelio que, en este día de Pascua y durante todo el tiempo pascual, debe

reencontrar su verdadera función.

o Destacar:

- la Pila bautismal (adorno floral),

- el Cirio pascual al lado del ambón hasta Pentecostés,

- un festivo Aleluya.